El reconocimiento que hoy realiza la Honorable Cámara de Representantes y el Congreso en Pleno, al conceder la ORDEN DE LA DEMOCRACIA, SIMON BOLIVAR, en Grado de Cruz Oficial, a la Doctora Diana Sofía Giraldo de Melo, cobra gran importancia dentro del marco de honores que el Congreso de Colombia rinde a las víctimas del conflicto en el día memorable del 9 de abril.
Cuando miramos en retrospectiva el largo camino que ha trasegado, el arduo trabajo que ha empeñado la doctora Diana Sofía Giraldo, en la búsqueda del reconocimiento de las víctimas del conflicto, de su visibilización, de su dignificación, nos sentimos inmensamente agradecidos y es por ello que queremos en esta fecha unirnos a ella.
La ORDEN DE LA DEMOCRACIA SIMON BOLIVAR, es uno de las más altos reconocimientos que esta Corporación concede a personas de la sociedad civil, para exaltar los valores, las personas que estas encarnan, el trabajo duro y arduo que han realizado en favor de la democracia; y es por ello y justamente dentro del marco de las actividades previstas para escuchar a las víctimas del conflicto en Colombia, que se confiere este reconocimiento a la Doctora Diana Sofía Giraldo, quien al frente y como Presidenta de la Fundación, Victimas Visibles, ha hecho posible, lo imposible; ha logrado hacer pasar de la invisibilidad, de la inexistencia, a la visibilidad a cientos, de miles, de millones de víctimas visibles en Colombia.
Fue ella, quien tuvo la valentía de decirle al país y a los medios de comunicación que cambiásemos el foco de los reflectores: de los victimarios a las víctimas del conflicto. Su lucha empezó quizá hace más de quince años, y no ha cesado en la búsqueda de la visibilización de las víctimas, de su dignificación, a través de su reconocimiento.
Por supuesto, todo gran empeño, requiere un inicio, el primer paso es el que requiere el mayor esfuerzo, el esfuerzo más duro. Fue ella y en conjunto de muchas personas quienes sentaron los simientes de esas primeras jornadas de solidaridad y escucha a las víctimas en los años 2007 y 2009, en el senado de la República. Fue ella quien nos trajo el modelo de la ley de victimas de España y como cogestora, logró que muchos senadores se interesasen y se comprometiesen con la expedición de la Ley de Victimas en 2011, fue a las víctimas, a quienes el presidente Santos, les dijo: “por esta ley ha valido la pena ser presidente de la República”.
De manera que cuando tenemos la oportunidad de seguir escuchando a las víctimas del conflicto, y miramos con regocijo todo lo que se ha avanzado en su reconocimiento, es que tomamos un alto en el camino, para mirar atrás, no para paralizarnos como estatuas de sal, sino para seguir adelante. Es cierto que las victimas en Colombia hoy transitan por el camino de la visibilización, del respeto, de la comprensión, de la escucha, de la dignificación; pero aún falta un trayecto también largo y difícil, del que sin duda saldremos nuevamente fortalecidas; nos corresponde bregar para que las medidas de satisfacción sean efectivamente reales para todo el universo de 7 millones de personas, casi el 15% por ciento de la población en Colombia.
Por eso, el momento en que actualmente nos encontramos, nos llena de ilusión y de esperanza, puesto que muchas décadas hemos vivido envueltos en la violencia. Muchos de nuestros abuelos y padres no alcanzaron a ver la paz; pero hoy la paz, está ahí cerca, casi que a la vuelta de la esquina, como una posibilidad real y concreta, como esa meta cercana que estamos por alcanzar, particularmente por lo que significaría para la vida de nuestros hijos y para las futuras generaciones de colombianos.
Ellos, nuestros hijos, nuestros nietos, sabrán y conocerán del conflicto, a través de los libros de historia, pero también, y gracias al trabajo de visibilización; conocerán de la memoria de los cientos, y miles y millones de testimonios de las víctimas que han vivido el conflicto. Vislumbro, no solo a las victimas sobrevivientes, sino a todos los ciudadanos, como una sociedad capaz de vivir y convivir en paz, en tranquilidad, en respeto de los derechos fundamentales y de los derechos humanos de todas las personas, con un trabajo y una actividad digna, licita y alegre. Visualizo los niños y los jóvenes alegres y los abuelos felices y tranquilos con la labor cumplida.
Gracias, Dra. Diana Sofía, por haber empezado a poner estas importantes y fuertes vigas de acero, de cemento fuerte en la construcción de la paz. Ha sembrado usted y todo su equipo de trabajo, su familia, sus amigos, todos quienes hoy la acompañan, en un terreno fértil. Está dando sus frutos. Las victimas somos personas visibles, somos sobrevivientes reconocidas por nuestra capacidad de rescilencia, y confiamos en seguir siendo referentes para lograr que ese universo de más de siete millones, logren alcanzar las medidas de satisfacción, logren el respeto y la dignificación a través del reconocimiento efectivo de sus derechos.
Sigue siendo un desafío, el tema de la justicia transicional, pero confiamos y esperamos en que pronto el gobierno y las Farc tomen una decisión consensuada sobre este particular. Ya tenemos un marco jurídico para la paz, confiamos en que se respete, este es un mínimo, sobre el cual las Farc han reiterado que no les gusta.
Confiamos en que propongan alternativas, y logren un acuerdo sobre este tema fundamental para alcanzar finalmente la Paz en Colombia.
Queremos al final de todo este proceso, el objetivo máximo que logremos, es que no haya más victimas en nuestro país.
Gracias, Dra. Diana Sofía, no alcanzan las palabras para expresar el profundo agradecimiento que sentimos por su labor, le profesamos un inmenso cariño, y agradecemos también el profundo amor que desinteresadamente ha puesto al servicio de los más vulnerables, las víctimas del conflicto.
Dios la siga bendiciendo, usted sabe que este camino aún tiene un largo trecho, y confiamos en que siga adelante.
Dios bendiga a su linda familia, a la magnífica Fundación VICTIMAS VISIBLES, Mil gracias de nuevo y usted sabe que todo esto, me sale de lo profundo del corazón.
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